Es ahora cuando se escucha en los medios los problemas alimenticios en el Cuerno de África y es ahora cuando se nos pide al pueblo que prestemos ayuda a esa pobre gente que vive en una tortura constante desde hace décadas. Lo que no nos dicen los medios es porqué viven así y quiénes podían hacer algo para evitarlo. No lo dicen, porque precisamente quienes han generado esta situación, son quienes controlan los medios. Así de sencillo, así de triste.
La humanidad parece destinada a destruirse por si misma. Los fuertes, en vez de proteger al débil y velar por intereses comunes, atropellan a todo aquel que se atraviese en el camino de su ambición.
En los últimos siglos de nuestra historia esa batuta la han portado varias naciones, pero a partir del siglo XX, los abanderados de tal destrucción han sido los mal llamados Americanos.
La nación estadounidense, grande entre las grandes, se ha alejado del propósito de sus padres fundadores para tomar un camino de opresión, donde son ellos quienes dictan los parámetros mundiales.
Que razón tuvo el gran Bolívar cuando dijo: «Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad». Palabras que retumban en mi cabeza en este preciso instante mientras escribo estas lineas, pues con ampliar la frase al ámbito mundial, podemos resumir perfectamente los acontecimientos internacionales de las ultimas décadas. Palabras lamentablemente vigentes, que con casi 200 años de antigüedad siguen definiendo nuestra realidad mundial. Basta con remontarnos a los hechos de Vietnam, Afganistán, Iraq y recientemente Libia (por citar algunos), para comprobarlo.
Palabras que me producen impotencia, ira, tristeza, dolor, rabia, pero sobre todo reflexión, pues cada vez que el mundo se sacude por culpa de estos auto-denominados «amos mundiales», viene a mi cabeza una pregunta que muchos se hacen y de seguro como yo no consiguen respuesta, ¿hasta cuando los pueblos dejaremos que esto siga sucediendo?.
Ojalá algún día podamos vivir en paz y determinar nuestra realidad sin la intervención de las potencias de turno. ¡Viva el pueblo Libio y todos los pueblos del mundo, Viva la Libertad!